Este es un aporte de una de nuestras lektoras...lo kompartimos kon ustedes y agradecemos el mail, donde este eskrito estaba adjunto...esta weno...gracias. (historiasdekulto@gmail.com)
Sentadas, conversando...sí, en este preciso momento me acuerdo de una conversación que tuve con una amiga, hace algún tiempo atrás... “qué complicados que son ellos” (los hombres, por cierto)...qué demonios quieren: si una es muy lanzada...se asustan, si tienes experiencia...uf...también, si hablas de sexo...la mina extraña y si...eres tímida, qué lata, si no tienes experiencia...uhmmm por ahí parece que anda mejor la cosa, pero para una relación casual...no serviría...si no hablas de sexo –más encima- pasas a ser cartucha o simplemente, no te compran el papel de “santurrona” que interpretas... Bueno, a partir de esta conversación me acordé de un episodio que marcó de cierta forma la vida sexual de una muy querida amiga ¿por qué? Bueno...ya lo explicaré...paciencia...
El punto es el siguiente...disculpen, está sonando el teléfono (podría haber sido mi galán, pero no...una amiga con problemas)...regreso de inmediato y retomo la historia...ya...ahora sí. Voy a narrar la historia en primera persona...resulta más entretenido...aquí va...
Viajamos a algún lugar de este país. Fuimos a su casa. Nos quedamos en la casa de sus padres...donde a parte de ellos vivían sus hermanos...la casa albergaba en total a unas 6 personas...más nosotros dos...la familia...era bastante conservadora así que la idea de dormir juntos se iba desvaneciendo a medida que el kilometraje indicaba que ya estábamos llegando. Resignada a dormir lejos de mi pareja, sin tener posibilidad alguna de acariciarlo –como me gustaba hacerlo- y de provocarlo...tuve que dormir en la pieza con una de sus hermanas...más encima...pero bueno...me dije...total...las reglas de la casa hay que “respetarlas”. Los días se me hicieron eternos...tenerlo ahí, durmiendo cerca y no poder sentirlo...me volvía loca. Así pasaron las horas, de un momento a otro la casa se vio invadida de personas: era el cumpleaños de uno de los hermanos, así que toda la familia fue a saludarlo...tíos, primos, abuelos, cuñadas, pololos varios...y por su puesto...los niños...niños...niños... ya no podía controlar las ganas que tenía de “tirármelo”...lo deseaba más que nunca...así que en un acto rápido...lo agarré, lo empujé hacia el baño y cerré la puerta...por fin solos...lo besé, le dije que deseaba estar con él, sentirlo dentro mío, oír sus gemidos, que me tocara...estaba muy excitada...él, por cierto, estaba muy nervioso...así que dije...bueno si no hace nada, tendré que actuar yo...de esa forma, empecé a besarlo y poco a poco fui bajando hasta la altura de su cintura, le desabroché el botón de su pantalón, bajé su cierre, suavemente acaricio su “niño”...mi boca se iba acercando lentamente...cuando miro hacia arriba...(me gusta mirarlo cuando está excitado) y veo sus ojos desorbitados que me miraban y al mismo tiempo me decían “qué diablos estás haciendo”...cohibida me levanté...asustada por la reacción de él...dije rápidamente “mejor salimos”...y ahí quedó todo...
Bueno, a partir de esta historia hemos hecho algunas reflexiones...¿qué demonios quieren? Es cierto que a lo mejor la diferencia de edad y de experiencias puede “afectarlos”...pero...¿por qué no aprovechar esa instancia y dejarse llevar por el deseo y la excitación del momento? Lolito: ¿por qué ese afán de arruinar un momento de calentura sublime? Mal...no lo ibas a pasar...¿qué diablos quieren que hagamos?
Sentadas, conversando...sí, en este preciso momento me acuerdo de una conversación que tuve con una amiga, hace algún tiempo atrás... “qué complicados que son ellos” (los hombres, por cierto)...qué demonios quieren: si una es muy lanzada...se asustan, si tienes experiencia...uf...también, si hablas de sexo...la mina extraña y si...eres tímida, qué lata, si no tienes experiencia...uhmmm por ahí parece que anda mejor la cosa, pero para una relación casual...no serviría...si no hablas de sexo –más encima- pasas a ser cartucha o simplemente, no te compran el papel de “santurrona” que interpretas... Bueno, a partir de esta conversación me acordé de un episodio que marcó de cierta forma la vida sexual de una muy querida amiga ¿por qué? Bueno...ya lo explicaré...paciencia...
El punto es el siguiente...disculpen, está sonando el teléfono (podría haber sido mi galán, pero no...una amiga con problemas)...regreso de inmediato y retomo la historia...ya...ahora sí. Voy a narrar la historia en primera persona...resulta más entretenido...aquí va...
Viajamos a algún lugar de este país. Fuimos a su casa. Nos quedamos en la casa de sus padres...donde a parte de ellos vivían sus hermanos...la casa albergaba en total a unas 6 personas...más nosotros dos...la familia...era bastante conservadora así que la idea de dormir juntos se iba desvaneciendo a medida que el kilometraje indicaba que ya estábamos llegando. Resignada a dormir lejos de mi pareja, sin tener posibilidad alguna de acariciarlo –como me gustaba hacerlo- y de provocarlo...tuve que dormir en la pieza con una de sus hermanas...más encima...pero bueno...me dije...total...las reglas de la casa hay que “respetarlas”. Los días se me hicieron eternos...tenerlo ahí, durmiendo cerca y no poder sentirlo...me volvía loca. Así pasaron las horas, de un momento a otro la casa se vio invadida de personas: era el cumpleaños de uno de los hermanos, así que toda la familia fue a saludarlo...tíos, primos, abuelos, cuñadas, pololos varios...y por su puesto...los niños...niños...niños... ya no podía controlar las ganas que tenía de “tirármelo”...lo deseaba más que nunca...así que en un acto rápido...lo agarré, lo empujé hacia el baño y cerré la puerta...por fin solos...lo besé, le dije que deseaba estar con él, sentirlo dentro mío, oír sus gemidos, que me tocara...estaba muy excitada...él, por cierto, estaba muy nervioso...así que dije...bueno si no hace nada, tendré que actuar yo...de esa forma, empecé a besarlo y poco a poco fui bajando hasta la altura de su cintura, le desabroché el botón de su pantalón, bajé su cierre, suavemente acaricio su “niño”...mi boca se iba acercando lentamente...cuando miro hacia arriba...(me gusta mirarlo cuando está excitado) y veo sus ojos desorbitados que me miraban y al mismo tiempo me decían “qué diablos estás haciendo”...cohibida me levanté...asustada por la reacción de él...dije rápidamente “mejor salimos”...y ahí quedó todo...
Bueno, a partir de esta historia hemos hecho algunas reflexiones...¿qué demonios quieren? Es cierto que a lo mejor la diferencia de edad y de experiencias puede “afectarlos”...pero...¿por qué no aprovechar esa instancia y dejarse llevar por el deseo y la excitación del momento? Lolito: ¿por qué ese afán de arruinar un momento de calentura sublime? Mal...no lo ibas a pasar...¿qué diablos quieren que hagamos?